lunes, 2 de febrero de 2009

Dante Gullo: “Yo no quisiera volver a la Argentina que gobernaron estos opositores que hoy ponen palos en la rueda”


En el siguiente reportaje el diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo habla sobre su extensa historia política, los años setenta, el legado de Evita y la participación de las mujeres en el peronismo. Además, analiza la asunción de Obama en EEUU, destaca la nueva relación entre los países latinoamericanos y critica la visión elitista de algunos medios de comunicación y de cierta oposición “que insulta por insultar y que se opone por oponerse”.

P: Hoy tenemos como invitado a un militante y dirigente que lleva más de treinta años como protagonista de la historia política argentina, y es, nada más y nada menos, que Juan Carlos Dante Gullo. ¿Qué tal Gullo, cómo le va?
Juan Carlos Dante Gullo: Bien.

P: ¿Cómo ve el panorama ahora que EEUU tiene nuevo Presidente?
DG: Bueno, primero te quiero decir que lo de 30 años es generoso porque vengo desde hace un poco más.

P: ¿Lo dejamos en 30?
DG: Bueno, lo dejamos en 30, ahí cerramos (risas). Creo que hay una realidad internacional que marca un cambio de época, hay una situación de crisis muy fuerte. Ambas cosas conjugan otros protagonismos. Yo hoy observaba algunas escenas en el paso del presidente Obama, en las caras de gente de color, o de la gente del pueblo norteamericano, que era la que generaba entusiasmo, expectativas, o sea, otra realidad. Yo, cuando era chico, tomé con mucha vehemencia y ganas la asunción de John Fitzgerald Kennedy porque expresaba una era de democracia de apertura, un Presidente distinto, además, católico, cristiano. Un Presidente que decía cosas como los últimos serán los primeros, o, no digas que puede hacer Estados Unidos por ti sino qué puedes hacer tú por Estados Unidos. Yo creo que ahora la conjunción es más rica porque no solo se supone que Obama es un distinto, un distinto con respecto a lo que nos presentaban los presidentes anteriores, sino que el pueblo de Estados Unidos, el pueblo de abajo, que nunca fue protagonista, está generando un hecho. Ojalá que todo salga bien.

P: Ahora la crisis económica no es la misma que en la época de Kennedy.
DG: Obama se va a encontrar con una realidad muy conflictiva, en un mundo con profundos problemas. ¿Por qué yo te hablo con esta tranquilidad? Hoy estuve refutando esa idea que circuló en los medios sobre qué fue a hacer Cristina a Cuba y a Venezuela cuando asume Obama. Es otra Latinoamérica. Además, Cristina hace una semana tuvo el problemita de la lipotimia, sobre lo que dijeron las cosas más horrorosas, pero en base a esa lipotimia el viaje a Cuba se postergó durante una semana. Pero no quiere decir que Cristina, como dicen muchos grandotes, supuestamente analistas, polítologos, va a provocar a Obama. Ese análisis me parece una taradez.

P: Parece que la dimensión es diferente.
DG: Es un hecho interesante que nuestra Presidenta viaje a Cuba después de 23 años. La relación de la Argentina con Cuba no es un tema especulativo de los K o de los Kirchner. Perón, en el año 54, cuando derrocan al gobierno democrático de Guatemala, fue el único gobierno que rompió el bloqueo y determinó que todos los aviones y buques argentinos siguieran teniendo contacto con Guatemala, sino que además, envía productos. Y ahí se produce un caso curioso: había una orden estricta de Perón de que la Embajada argentina en Guatemala tenía que estar abierta a todos aquellos que exijan exilio o resguardo. Y hubo un personaje que fue a la Embajada argentina, que fue resguardado en la embajada y después sacado de Guatemala. ¿Saben quién era ese personaje?

P: No lo sé.
DG: El Che Guevara. Lo que sucede es que a veces uno lee unos titulares de periódicos o expresiones de analistas y advierte que las cosas se sacan mal de horno, o se hornean mal. Porque en el año 73...

P: Igualmente Dante, a mí me parece que hay una situación ya dispuesta, pero lo que a veces se critica es una cuestión de tiempos: ¿era el momento, no se podía postergar dos o tres días?
DG: ¿Por qué? Si somos un país soberano. ¿Alguien cree que el presidente Obama no registra que Cristina está en Cuba y que después viaja a Venezuela? ¿O que Latinoamérica existe? Ayer, mientras acá la criticaban a Cristina, Lula, en su programa radial, le dijo a Obama: -Presidente, rompa el bloqueo a Cuba. Y hoy es noticia pero nadie se alarmó. Ahora ¿Por qué Lula sí y Cristina no? Yo creo que Cristina es una gran Presidenta y tiene autoridad. ¿Por qué esta cosa opositora de estar poniendo palos en la rueda todos los días? Si hay sequía la culpa la tiene el Gobierno, si hay un viaje es culpa del Gobierno. Hay cosas que yo creo que hay que atenuar y tranquilizarse. Yo no quiero volver a la Argentina de las relaciones carnales, ni quiero volver a la Argentina del Consenso de Washington, ni a la aplicación de las políticas neoliberales, ni a la Argentina en la cual cuatro vivos se llevaban todo y el resto que se agarre. Tampoco quiero esta Argentina donde ciertos medios, que nombro con todas las letras si ustedes no se enojan...

P: No hay ningún problema.
DG: A mí me parece un horror lo que hace el multimedio Clarín, TN, Canal 13 y La Nación. Hay cosas con las que se puede ser provocador, o un opositor destituyente, pero no podés hacerlo todos los días. O calificar, como hace la oposición, diciendo que estamos viviendo la peor dictadura de la historia, esto lo escuché hoy ¿Vos sabés lo que es la dictadura?

P: Sí, sí.
DG: Bueno, no sé si ustedes lo saben porque son jóvenes. Ser autoritario o ser dictador, incluso en la memoria reciente de la Argentina que todavía nos tiene a todos lacerados, es un tema complejo, hay muchos muertos, muchos detenidos desaparecidos, hay muchas mamás y abuelas que están buscando a sus nietos o nietas, a sus hijos e hijas. Yo creo que se puede ser opositor y las ideologías no tienen dueño, hay que aceptar a todo el mundo, pero no se puede juzgar comparando con una situación tan tremenda. Además en democracia, en una democracia que nos cuesta construir a los argentinos, hay tiempos. Vos no podés decir hoy: que se caiga este Gobierno. Hay que votar en el 2.009 y hay que votar en el 2.011, son tres años, por eso es necesario tener la tranquilidad y la inteligencia para ir manejando los tiempos. Es más, yo no quisiera volver a la Argentina que gobernaron estos opositores que hoy ponen palos en la rueda. Se llamen Menem, se llamen Duhalde, se llamen De la Rúa, se llamen radicalismo de ocasión. No quiero volver, yo quiero una instancia superadora. Pero para eso es necesario que nos dejen gobernar, que dejen hacer y el que venga después que encuentre una Argentina donde hay 50.000 millones de dólares de Reservas, donde achicamos los márgenes de desocupación, donde ante una crisis económica y financiera tremenda en el mundo, la Argentina demuestra que tiene margen de maniobra. Y el que venga, cualquiera sea su signo, que tenga por lo menos una base para actuar. ¿Qué le vamos a entregar, una Argentina en crisis? ¿Saben cuánto duró López Murphy como ministro? Diez días, diez días. Y no es una crítica a López Murphy, pobre tipo me imagino que cuando juró como Ministro de economía quería generar políticas, pero duró diez días. ¿Saben cómo se tuvo que ir Alfonsín? Mal. ¿Y De la Rúa? Muy mal. Entonces yo creo que tenemos que ayudarnos entre todos, hay que querer más a la Argentina. A mí me pone contento que Cristina esté hoy en Cuba, le está yendo muy bien y los cubanos la aman, la adoran. Pero acá pasa lo mismo que pasó con Evita: le dijeron de todo, pobre Evita, hasta viva el cáncer dijeron. Y después, con el tiempo, nos dimos cuenta que era una mujer que estaba preparada para ser lo que es hoy: un patrimonio histórico y cultural de la humanidad. Porque significa la entrega, la justicia social, el entregarse a los pobres, entregarse al pueblo. No quiero comparar a Evita con Cristina, estoy tratando de describir una forma de ser de los argentinos que me parece que hay atenuar para estar más tranquilos.

P: Está claro que hablamos con un Diputado Nacional defensor del Gobierno. A nosotros nos gustaría que nos contara cómo fue su recorrido histórico dentro del peronismo, porque hoy algún desprevenido podría pensar que Dante Gullo es un defensor de Cristina Fernández de Kirchner, pero Dante Gullo es mucho más que eso. Si yo le doy un nombre usted me podría decir que significa para usted. Por ejemplo, la Junta militar conformada por Videla, Massera y Agosti.
DG: Fue el golpe más horroroso, fue la dictadura, un flagelo que todavía nos sigue marcando. Y ojalá lo superemos con democracia, con libertad, con igualdad y con las nuevas generaciones, que se formen distinto a como nosotros tuvimos que enfrentar las vicisitudes de la Argentina.

P: Y si yo le digo Angela María Aieta.
DG: Mi madre, un ser ejemplar, fabuloso, amiga, solidaria, que desgraciadamente yo estaba preso y bueno...

P: Recordemos que Dante Gullo estuvo como preso político desde 1.975 hasta 1.983.
DG: Ocho años y ocho meses preso, casi toda una vida. Y estando preso, obviamente, mi mamá, que era un ser ejemplar que yo sigo admirando, comenzó a reclamar por mí libertad. Yo a veces digo a pesar de que mi mamá y mi hermano son detenidos desaparecidos, y a pesar de los muchos chicos y chicas detenidos desaparecidos, yo guardo un grato recuerdo. Yo me acuerdo de mi madre y me pongo contento. Mirá que circunstancia.

P: La suya fue una de las primeras madres desaparecidas.
DG: Sí, pobrecita.

P: ¿Cómo fue el inicio de Dante Gullo en la militancia? Porque veía en la página oficial de Dante Gullo, que es un sitio súper moderno, tiene un currículum extenso, tiene un blog, casi como Obama. Bueno, pero su inicio en la política fue siendo muy joven, a los quince años.
DG: Sí, y salvo cuando estaba preso, que hubiese ido a tirarle una piedra a Galtieri, en la Plaza de las Malvinas, después estuve en todas las Plazas. Mi primer rata al colegio fue cuando derrocaron a Frondizi, éramos un grupo de raros que nos fuimos a la Plaza de Mayo. Yo estudiaba en el Nacional N°1 Bernardino Rivadavia y vivía donde sigo viviendo ahora, en el bajo Flores. Mi papá era trabajador, mi mamá era ama de casa trabajadora y a todos los hermanos nos obligaron, por la positiva, a estudiar. Era raro en esa época porque en el barrio éramos muy poquitos los que estudiábamos en el secundario y menos aún carreras terciarias.

P: Y terminó Sociología muchos años más tarde.
DG: Yo estaba en la facultad de Derecho, pero después me pasé a Sociología y en la facultad de Filosofía fue una experiencia muy interesante. En un momento determinado dije: no, todo el mundo a la calle, a los barrios, a ligarnos con los trabajadores, con los barrios pobres, con las villas.

P: ¿Sus padres eran peronistas?
DG: Sí, eran peronistas de buena onda, quiero decir que eran peronistas de conciencia. Mamá y papá eran nacidos en Italia, emigraron muy jóvenes, nos dieron a nosotros una educación muy piola. Ellos vivían esa vehemencia que era la Argentina de los cuarenta y los cincuenta, donde la movilidad social, la participación y el protagonismo en política determinados por el peronismo los hacía sentir actores. El peronismo no era una cosa más y como ellos, miles, millones de trabajadores, los cabecita negra, los inmigrantes, en fin, era una Argentina con una movida muy especial.

P: Estamos en diálogo con Juan Carlos Dante Gullo, diputado nacional, preso político, amante del kirchnerismo, ¿le podemos decir amante del kirchnerismo?
DG: Sí, a mí no me molesta, es más, ¿Oíste lo que dijo el director de cine Oliver Stone? Bueno, yo además, la veo a Cristina y me emociona. Como Evita, yo veo los documentales de Evita y me golpea la emoción, siento un total y absoluto respeto. Cuando escucho que la critican por la cartera, los zapatos...

P: Es que los quisiéramos tener todas.
DG: Pero yo he leído cada cosa. ¿Puedo nombrar a un periodista?

P: Usted puede nombrar a quien quiera, este es un programa libre.
DG: Cuando Cristina viajó a las Naciones Unidas le criticaron que hablaba sin leer el discurso. Morales Solá llegó a decir que irritaba a ciertos sectores medio, medio alto, porque no leía, porque hablaba sin leer. Y yo digo: pucha ¿cuál es la imagen de los que leen? ¿Onganía? ¿Videla? ¿Los dictadores que no sabían expresar dos ideas seguidas? ¿Esa es la imagen que queremos los argentinos? ¿Eso es lo que extraña la clase media que dice Morales Solá que está irritada?

P: Nosotros queremos conocerlo a usted, entonces vamos a tratar de hablar de usted y toda su rica historia.
DG: En la época de los setenta, nosotros a las compañeras les dimos el lugar que les correspondía en función de lo que fue el legado de Evita. Y todas nuestras compañeras estaban a la par nuestra. Y cuando había una mujer inteligente, con capacidad de conducir, nosotros decíamos sí, adelante. Y nos dicen que en el peronismo somos brutos, analfabetos, negros, machistas. ¿Díganme qué movimiento político en la Argentina, en Latinoamérica, o en el mundo, hizo posible que exista una Evita, desgraciadamente, una Isabelita, y hoy, afortunadamente, una Cristina? Dame nombres. Ni los radicales, ni los socialistas, la izquierda que se jactan de no sé qué.

P: ¿Qué hizo durante los ocho años y ocho meses que permaneció como preso político?
DG: Con algunos amigos y compañeros sabíamos que cada vez que llovió, paró. O sea que más allá de lo que era la dictadura, un proceso que se suponía que iba a durar décadas, nosotros sabíamos que más tarde o más temprano iban a sonar los clarines del pueblo. Y que si nos manteníamos con tranquilidad y normalidad íbamos a ganar la libertad, pero era una situación muy dura. Como presos sabíamos que había otros compañeros y compañeras, chicos y chicas, o gente del pueblo, que estaba pasando una vicisitud tremenda que eran los detenidos desaparecidos. Eso nos provocaba sensaciones encontradas, un pudor, porque nosotros estábamos como se decía blanqueados y había otros que desgraciadamente estaban muy mal.

P: ¿Qué lo distinguió a usted para ser preso político de muchos otros militantes que son desaparecidos?
DG: Yo soy preso político desde el 75, en ese momento caí en la provincia de Buenos Aires. Incluso, cuando estaba preso me fue a buscar una patota de la Federal y la Triple A, pero la policía provincial, por orden de quien era en ese momento el Ministro de gobierno Destéfano, les dicen: no, no lo vamos a entregar. Y me blanquearon. Además, hubo un Juez que actúo en función de Justicia, sabiendo que se estaba jugando una situación difícil, e igualmente envío un médico que comprobó torturas. Y ese Juez, en 1977, determina mi libertad. No obstante eso, cuando el Juez va al Penal de Sierra Chica, un oficial amigo de los sectores penitenciarios, me dice: mirá, tenés dos noticias, una buena y una mala, pero las dos son buenas. Entonces yo le pregunté ¿Cómo viene la mano? Ahí me sacan de la celda y me llevan a la parte judicial del penal, es cuando me dicen: la noticia buena es que te dieron la libertad, la buena y mala es que el Juez está acá, y dice que si no te ponen a disposición Poder Ejecutivo Nacional, en cuanto te largan te chupan y desparecés. Era 1977. Y bueno, después, mientras estuve preso me podrían haber pasado un montón de cosas, pero por esas cosas del destino, de la vida, de los astros, qué se yo.

P: ¿Usted se entera de que su madre y su hermano fueron secuestrados estando en la cárcel?
DG: A pesar de que nosotros estábamos totalmente aislados y en función de la amistad con algunos sectores penitenciarios, vino un oficial y me dijo que había malas noticias desde Buenos Aires, algo pasó con tu vieja. Y al otro día, otro oficial me acerca un diario Clarín, donde se publicaba en las últimas páginas el Habeas Corpus que habían presentado mi papá y un hermano por la desaparición de mi vieja.

P: En su currículum también se ve que usted en alguna oportunidad estuvo cerca de la doctora Elisa Carrió ¿Cómo se lleva hoy con ella?
DG: Y, mal. Yo hice un acuerdo con Carrió en los años en que había una situación pre 2.001. Entonces mis charlas con ella estaban dirigidas a lo que era un proyecto democrático, popular, pero bueno, llegó un momento en que su personalismo definió que yo dijera: hasta acá llegó. Y hoy veo que está exacerbada, muy rabiosa y muy enojada. Y me parece que eso no es bueno para ella, ni tampoco significa un aporte a la política, que todavía estamos reconstruyendo. La Argentina viene de un proceso complicado, no solo por lo que fue la post dictadura, sino para ver cómo recomponemos la democracia. Hace poco festejamos una fecha importante, los 25 años de democracia, pero en términos económicos, en términos de relación, en términos de solidaridad, de reciprocidad, tenemos que seguir trabajando. Yo creo que mucha de la oposición, y en esto Carrió es una figura muy marcada, es insultar por insultar, es oponerse por oponerse. También creo que hay contradicciones como peronismo antiperonismo, gorilismo populismo, que tienen que ser superadas, como también el odio que expresan algunos medios de prensa o algunos dirigentes elitistas argentinos hacia algunos líderes o dirigentes latinoamericanos. Chávez es Chávez porque es Venezuela, y si el pueblo venezolano quiere a Chávez, hay que respetarlo. Y Evo Morales es Evo Morales, por más que sea indígena, indio, morocho, es Bolivia. Y Correa es Correa porque Ecuador determinó que un hombre exprese a los sectores populares. Esa es nuestra Latinoamérica, no podemos vivir cubiertos por un papel celofán, creyendo que somos el primer mundo, como nos vendieron una vez y resultó ser nada. No somos todos blancos y rubios, ni todos caminamos por la avenida Alvear. Tenemos que respetar la cultura de cada pueblo, el relativismo cultural como expresión diferenciada de los pueblos, existe, y hay que respetarla.

P: ¿Qué fue lo más ilegal que hizo, más allá de tirar piedras?
DG: Lo más ilegal fue en los setenta: asumir un compromiso. No era lindo, obviamente, vivir de forma clandestina y, además, asumir un compromiso que implica dar hasta lo último. A mí no me gustaba ir armado, por ejemplo.

P: ¿Iba armado?
DG: Sí.

P: ¿No se tiroteó con alguien, con la policía?
DG: No, no, por suerte, no.

P: ¿Puso alguna bomba?
DG: No, no. Pero digo que no era lindo porque uno era joven, a veces hablábamos con algunos compañeros y compañeras decíamos: ché, la pucha. Porque había una situación interesante, un proceso de cambio en lo social, en lo familiar, más el rock nacional. A mí me gustaba estar normal, ir a un recital, ir a la cancha, ver a los amigos del barrio, a los amigos de la facu, uno tenía ganas de aprovechar todo esto que parecía nuevo. En los setenta rompíamos muchos tabúes. Hasta ese momento estaba esa idea de la gente más grande donde a tu novia la veías martes y jueves. Y juntaban la ropa blanca para casarse. Nosotros ya veíamos otra cosa: con tu chica tenías relaciones, queríamos vivir.

P: Un mundo más normal.
DG: No solo normal, más lindo, más fresco, un mundo en el que decíamos: ¿Por qué tenemos que soportar un golpe militar? Es más, veíamos un uniforme y nos poníamos mal. Incluso, nosotros estábamos esperanzados en figuras como John Fitzgerald Kennedy, que era una bocanada joven, un tipo que decía los últimos serán los primeros, que planteaba no preguntes tú que puede hacer EEUU por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país; o un hombre como Juan XXIII, con todo lo que significó el Concilio Vaticano I y II. O todo lo que fue la Teología de la Liberación en Latinoamérica, con Obispos o curas que reivindicaban nuestras culturas, a los pobres, con todo lo que fue Medellín. Y después, bueno, la revolución cubana, los tupamaros, la revolución argelina y una serie de seres pensantes del tercer mundo que coadyuvaban a salir de la unilateralidad del mundo.

P: Esto mirando hacia el pasado, ahora mirando hacia el futuro ¿usted ve en la Cámpora un semillero que puede ser una continuidad de esta gestión?
DG: Lo veo como un elemento muy importante, yo confío mucho en las nuevas generaciones, piensen como piensen, pero que participen y sean protagonistas.

P: ¿Cree que Máximo, el hijo de la Presidenta y del ex presidente Néstor Kirchner puede ser una persona con presencia política en el futuro?
DG: Puede ser. Máximo, como muchos compañeros y compañeras, están haciendo un esfuerzo para adaptarse a su tiempo, a este tiempo, y ojalá que ellos puedan ser generadores de nuevas ideas y superadores de muchas de las limitaciones nuestras.

P: Además de Máximo, ¿Quiénes son las figuras que usted ve entre los jóvenes?
DG: José Ottavis, Juan Cabandié, hay una cantidad de apellidos de chicos y chicas que a mí me gusta escuchar. Entre otras cosas porque es una manera de tirar un cable a tierra y recargar pilas.

P: ¿De la oposición a quien respeta?
DG: La oposición, desgraciadamente para mi gusto, está muy esquematizada y no tendría que ser así. El radicalismo está tratando de reponerse echando mano desde Carrió a Cobos, pasando por todo lo que fue la experiencia delaruista o alfonsinista, yo creo que no aporta mucho. La izquierda sigue navegando en una realidad, si se quiere, mundial y nacional que no cierra. Y después está todo este collage que va desde De Angeli, a Alderete, a Castells, a la Sociedad Rural, a la oligarquía, a los ricos.

P: ¿Ahí no encuentra a nadie preparándose ni nadie que le guste?
DG: Desgraciadamente no, porque son opositores pero no son alternativa. Y la alternativa a veces es un elemento que sirve no solo para decir: uh, esto no lo escuché o esto no lo vi, o esto no lo sabía, además es un desafío y un estímulo para que uno también juegue fuerte. Esto es como cuando dicen que el argentino con su pareja no quiere la cosa fácil. En la política también pasa lo mismo, uno elige un desafío para el que debe estar preparado, que te exija leer, trabajar, estudiar, generar un aggiornamiento permanente donde tus ideas sean posibles en los cuarenta, en los cincuenta y en el 2.010 también. Y, además, sentirte activo, joven, que es a lo que aspira cualquier ser humano. Por eso digo que la oposición deja ese gustito a poco. Creo que también está metida la cola de los medios que por títulos, por fotos o por malas noticias, está anulando el nivel de pensamiento de la oposición.

P: Hablando de medios, muchos sostienen que el Gobierno también está armando su estructura mediática.
DG: Esperemos que esa estructura mediática no sea que va la gente como chorizos, todos iguales. Ojalá que signifique un periodismo con programas, debates, actores o dirigentes que digan algo.

P: La experiencia con ATC es que muchas veces en vez de decir, el canal no dice las cosas que tiene que decir.
DG: Pero es relativo, incluso con este tema tanto de Cobos como de De Angeli, donde supuestamente habría que haber filmado a De Angeli subido a un caballo con una bandera grande argentina, dando vueltas. Yo, te digo la verdad, desde marzo del año pasado hasta hoy, fui al canal público una sola vez. A un programa para el que me tuve que levantar a las seis de la mañana para asistir. Ahora, también te puedo decir que en TN, Canal 13 o Clarín, yo soy un desterrado. No te digo para el diario La Nación, donde directamente soy un subversivo, zurdo, o no sé qué cosa. ¿Y? Vivo y no me quejo.

P: Bueno, tendrá otros medios donde le hacen notas.
DG: Además, porque el señor Cobos va a todas las exhibiciones de doma y folclore y aparece con cara de circunstancia ¿Hay que darle cámara? No lo entiendo, porque acá lo que interesa es la cultura que demuestra el festival de doma y folclore, eso es lo que vale. Los actores que están sentados son circunstanciales, a no ser que vos me digas que tal señor va a hacer un discurso, o es un acto oficial, entonces ahí sí.

P: ¿Qué va a hacer en el futuro?
DG: Voy a hacer lo mismo que ahora. Milito desde los trece años y el primer cargo que ocupo es este de Diputado. Yo fui siempre un militante y nunca me quejé. Además, siempre fui Dante Gullo, no necesité ni de sindicato, ni de título, ni de cargo. Y me gané el lugar que me gané.

P: Dante, le agradecemos mucho haber participado.
DG: A ustedes, fue muy interesante, estoy contento de haber estado y, obviamente, le envío un saludo a toda la audiencia.

Reportaje al diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo en On the record, Radio El Mundo, conducción Laura Ojeda y Horacio Righi, martes 20 de enero de 2009, a las 23 horas.

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