lunes, 20 de abril de 2009

Diputados del FPV expresaron “su firme rechazo al injustificado desalojo padecido por los alumnos y profesores del Colegio Otto Krausse

El gobierno de la Ciudad cedió un predio que utilizaba el Colegio Otto Krausse hace 25 años a una agrupación política afín a Macri


El diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo presentó ante el Congreso un Proyecto de Declaración para expresar “Su más firme rechazo a las políticas educativas llevadas a cabo por las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires frente a las necesidades de los alumnos y docentes que pertenecen al sistema educativo porteño, en especial frente al inexplicable e injustificado desalojo padecido por los estudiantes y profesores del Colegio ‘Otto Krausse’, quienes por decisión del Jefe de Gobierno de la ciudad, ingeniero Mauricio Macri, fueron excluidos del predio que utilizaban para realizar sus actividades de Educación Física -desde hace 25 años-, otorgándosele inexplicablemente su uso y explotación a una agrupación política afín al partido gobernante (PRO)”.

El Proyecto, que también lleva las firmas de Carlos Kunkel, Remo Carlotto, Ariel Pasini, Diana Conti, Mariel Calchaquí, Mariano West, Hilda Aguirre de Soria y Edith Llanos, también manifiesta “Su honda preocupación por la falta de explicaciones que den razón de su proceder, como así también por la unilateral ausencia por parte del gobierno de la Ciudad de una mínima actitud de diálogo constructivo con las partes afectadas e interesadas, a través del cual se posibilite la construcción de consensos que confluyan en la resolución de los problemas apuntados, con el objeto de evitar de tal modo las graves consecuencias que su comportamiento genera en la comunidad escolar implicada y en la sociedad toda”.


A continuación el texto completo del Proyecto de Declaración


PROYECTO DE DECLARACION

La Honorable Cámara de Diputados de la Nación,


DECLARA:


1-Su más firme rechazo a las políticas educativas llevadas a cabo por las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires frente a las necesidades de los alumnos y docentes que pertenecen al sistema educativo porteño, en especial frente al inexplicable e injustificado desalojo padecido por los estudiantes y profesores del Colegio ‘Otto Krausse’, quienes por decisión del Jefe de Gobierno de la ciudad, Ingeniero Mauricio Macri, fueron excluidos del predio que utilizaban para realizar sus actividades de Educación Física -desde hace 25 años-, otorgándosele inexplicablemente su uso y explotación a una agrupación política afín al partido gobernante (PRO).

2-Su honda preocupación por la falta de explicaciones que den razón de su proceder, como así también por la unilateral ausencia por parte del gobierno de la Ciudad de una mínima actitud de diálogo constructivo con las partes afectadas e interesadas, a través del cual se posibilite la construcción de consensos que confluyan en la resolución de los problemas apuntados, con el objeto de evitar de tal modo las graves consecuencias que su comportamiento genera en la comunidad escolar implicada y en la sociedad toda.




FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

La escuela de educación técnica Otto Krausse, un tradicional establecimiento secundario de la CABA que en su especialidad posee una de las trayectorias más prestigiosas en la Argentina, está situado en el barrio de San Telmo, específicamente sobre la Avenida Paseo Colón entre las calles Chile y México. Se trata de un viejo edificio que no cuenta con un espacio propio para desarrollar las actividades correspondientes a la materia de Educación Física.

Por esta razón, en 1983, la entonces municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó al colegio un permiso de uso precario y gratuito por veinte años para la utilización de un predio de 5.000 metros cuadrados ubicado en Paseo Colón y San Juan.

Para ello, la Asociación Cooperadora del Otto Krausse firmó un convenio, el cual fue ratificado por el entonces Concejo Deliberante. Este Convenio venció en 1983 pero el predio continuó al servicio de las actividades relacionadas con la Educación Física de los alumnos del colegio –aproximadamente unos mil- sin ningún tipo de inconvenientes y sin reclamo alguno por parte de las autoridades de la CABA. Por el contrario, el uso del predio, ubicado a pocas cuadras del establecimiento educativo, a lo largo de 25 años, contó con el beneplácito del Ministerio de Educación de la Ciudad en el entendimiento de que en un barrio caracterizado por la insuficiencia de espacios deportivos públicos y adecuados para la magnitud de la población escolar, resolvía sin costos -tanto para los alumnos como para la Ciudad- actividades obligatorias de acuerdo a la currícula educativa del nivel secundario.



A pesar de ello, y sin que mediaran advertencias previas ni se contemplaran mecanismos alternativos, a mediados de 2008 y de un día para otro, fue impedido a los alumnos y docentes del Otto Krausse el acceso al predio deportivo. En su frente figuraba un cartel el cual consignaba que allí funcionaba – y funciona- una escuela de “Deportes, Artes y Oficios del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados”. Esta agrupación es dirigida por el señor Raul Castells quien, ante una requisitoria periodística del diario Página 12, confirmó que recibió “en comodato por diez años” y sin obligación de pago, el usufructo de ese valioso predio por parte del gobierno de Mauricio Macri, para desarrollar actividades sociales, comunitarias y políticas, aunque -según revelaron militantes de la agrupación- también se alquilan a terceros las canchas de fútbol (Página 12, 30/03/09).

En forma simultánea a los hechos descriptos, el gobierno porteño apuró los trámites administrativos para dar por finalizado el uso del predio por parte del Otto Krausse: mediante el decreto 1171 del 30 de septiembre de 2008; el jefe de gobierno, Mauricio Macri, dispuso en consecuencia que el predio ya no podría ser utilizado por los alumnos del Otto Krausse.

El predio en cuestión, en su condición de bien del Estado, se encuentra bajo la órbita de la “Administración de Bienes de la Ciudad”, a cargo del señor Javier Ibáñez. Razón por la cual, en términos administrativos, resulta inevitable su intervención en los sucesos anteriormente mencionados. El funcionario, frente a un cronista del diario aludido, si bien esgrimió como causal de los acontecimientos una serie de hechos cuya veracidad resulta como mínimo cuestionable -por ejemplo: “hacía diez años que no se usaba ese lugar”-, no pudo responder en virtud de qué instrumento legal se le otorgó el permiso de uso al MIJD. “Fue un acuerdo con el Ministerio de Justicia y Seguridad”, reveló el señor Ibáñez ante la requisitoria periodística.

Más allá de las alternativas administrativas y las vacilantes excusas esgrimidas para justificar sus consecuencias, la triste realidad es que los alumnos del Otto Krausse, cuando promediaba el ciclo lectivo 2008, se quedaron sin el espacio del cual disponían, desde hacía 25 años, para realizar las actividades relativas a la materia de Educación Física. Posteriormente, el Ministerio de Educación les asignó cinco lugares para realizarlas. Los cuales, sin desmedro de su eventual adecuación a los requisitos que exige el dictado de la materia, no resultaban de fácil acceso para el alumnado. De hecho, uno de ellos se encontraba a unas 40 cuadras del Colegio.

La sumatoria de la indiferencia de las autoridades de la Ciudad ante las necesidades educativas del alumnado, la carencia de un mínimo debate del cual pudiera surgir un consenso tendiente a resolver el problema así como las dificultades de accesibilidad a los ámbitos físicos unilateralmente decididos por el gobierno de la Ciudad, dio lugar -como no podía ser de otra manera- a reclamos por parte de los docentes.

Ya a mediados de 2008, los profesores de educación física del Otto Krausse, reclamaron por la pérdida del espacio que venían utilizando. La presentación formal la hizo la Asociación de Docentes de Educación Física (ADEF) ante la Defensoría del Pueblo, poco después de la ocupación del predio (12 de junio de 2008) por parte del MIJD. En la misma se manifiesta que “las gestiones que realizaron los supervisores de Educación Física de las Escuelas Medias y las encaradas por nuestra Asociación ante las autoridades del Ministerio de Educación fueron infructuosas, no obteniéndose al presente una solución que permita desalojar el predio y devolver el mismo a su uso habitual”.

Por su parte, el entonces Defensor Adjunto, Gustavo Lesbegueris, redactó en agosto de 2008 sendos pedidos de informes dirigidos al Ministerio de Educación y a la empresa Autopistas Urbanas (AUSA), una sociedad anónima del Estado porteño de la que dependían todos los espacios públicos ubicados por debajo de las autopistas y en su entorno. AUSA respondió en febrero de 2009 que, desde mayo de 2008, la administración de los predios en cuestión pasó a la órbita de la Dirección General de Concesiones, dependiente del Ministerio de Desarrollo Económico.
En cuanto al Ministerio de Educación ignoró el pedido de la Defensoría y, hasta el día de hoy, continúa sin responderlo.

Consultado por el diario precitado, Gustavo Lesbegueris, actualizó su respuesta: “Es llamativo que el Ministerio de Educación no haya contestado a dos pedidos de informes (…) debe una explicación fundada acerca de las causas que motivaron el cambio de permiso de uso del predio. Y nos preocupa que no se haya tomado en cuenta la opinión de las autoridades y docentes del establecimiento, o que se hubieran priorizado otros intereses por sobre los de los estudiantes del colegio” .

Lo cierto es que el problema del Otto Krausse no es el único. Hugo Mariani, secretario gremial de ADEF, denunció: “hay muchas escuelas en la ciudad que no tienen predio propio para Educación Física y los tiene que alquilar o usar en tenencia precaria. Y muchos de ellos no están en buenas condiciones (…) Muchos dirigentes hablan de la inseguridad, del flagelo de la droga, pero a la hora de invertir en infraestructura se quedan sólo en palabras” .

Cabe destacar que la indiferencia -cuando no hostilidad- frente a las necesidades de los educandos porteños, ya hoy resulta una característica diferencial y habitual por parte de las autoridades del sistema educativo y del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Tal como resulta habitual, asistimos nuevamente a la falta de transparencia transparencia evidenciada en la mayoría de las medidas tomadas por las autoridades de la CABA lo cual se reitera y demuestra en el desalojo inconsulto de los alumnos del Otto Krausse en favor de una organización afín a sus políticas, con las consecuencias sociales que dicha actitud conlleva y sin que medien explicaciones de ningún tipo frente a la comunidad escolar afectada.
Lo cual no puede menos que preocuparnos y alertarnos, sobre todo cuando lo que está en juego es la educación de nuestros hijos o, lo que para el caso es lo mismo, el destino de los futuros ciudadanos.

Por las razones expuestas, solicito a mis pares que acompañen el presente Proyecto de Declaración.

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