Ciudad de Buenos Aires, diciembre de 2009
Estimados vecinos y vecinas del barrio:
Me dirijo a ustedes por el criminal hecho que acabó con la vida de Sandra Brickman.
Sandra, mujer joven, esposa y mamá de dos hijos adolescentes, era una más entre nosotros. Era uno de nosotros, mancomunados en un barrio que a muchos nos vio nacer, crecer, estudiar, trabajar y pugnar permanentemente por un futuro distinto y mejor. Seguimos bregando para que esto sea así.
Hago estas reflexiones despojado de todo partidismo o postura sobre el momento que como argentinos y argentinas nos toca vivir. Si bien no quiero politizar el tema, mi condición de hombre comprometido con la política me hace también no “jugar a las escondidas”. No obstante ésto, sé que se puede ser justo, objetivo, solidario y bien intencionado, sin necesidad de apelar en momentos determinados a parcialidades o banderías.
En mi caso nunca oculté mis ideas, las cuales sigo manteniendo y pujo para llevarlas adelante. También en mi caso, nunca me fui del barrio, de su gente, de sus cosas y de mis ganas de que todos podamos estar mucho mejor y cambiar por la positiva todo lo que nos merecemos.
Como vecino soy uno más y como tal voy a estar junto a todos en los problemas, en las necesidades y en las soluciones que refuercen el barrio.
Como militante político y diputado me debo mucho más a la solución de los problemas, a la búsqueda de las soluciones y a la concreción por la positiva de todas nuestras necesidades.
Mis vecinos son vecinos. Como otros hombres y mujeres, ciudadanos o ciudadanas que habitan en otros barrios o en cualquier región del país. Nunca pregunto cuando saludo o escucho a alguien, de qué partido, de qué religión o de qué nacionalidad es. Fomento el cara a cara, ya que todos somos iguales. Así como practico el dar la cara.
El luctuoso hecho de Sandra no puede pasar o pasarnos desapercibido. Muy por el contrario, es un punto de inflexión donde debemos ponernos a trabajar con todo para erradicar estas repudiables noticias.
La seguridad no es un tema más. Sobre todo no es un tema más en nuestros barrios donde todo tiene que hacerse y nos cuesta mucho…
Predico que tenemos que modernizar nuestras zonas, pelear por educación, salud, trabajo, producción y pleno empleo para todos. Soy padre de cuatro hijos, al igual que cualquiera de mis vecinos, anhelo lo mejor para ellos, para todos los jóvenes, para sus papás y sus familias.
Nuestros barrios, los de la zona Sur de la ciudad, carecen de muchas cosas. Soy de los que pienso que tenemos que crecer incluyendo a todos y cerrar todas las brechas de desigualdad que todavía soportamos y sufrimos.
Si a nuestras cuitas y situaciones cotidianas -mantener una casa, un negocio, un taller, parar la olla, desear lo mejor para nuestros hijos-, sumamos incertidumbres, miedos, sobresaltos y el sálvese quien pueda, en lugar de avanzar, retrocedemos. Y este es el punto que hace que saquemos fuerzas y experiencias de lo inexplicable e irreparable que significa la pérdida de la vida de Sandra o de la sensación de falta de seguridad.
El tema seguridad es harto complejo, pero si no mezclamos la hacienda, no nos dejemos llevar por malos humores, si somos inteligentes y mancomunamos esfuerzos, es posible cambiar las cosas. No se arregla de un día para otro, pero todos los días debe haber avances para salir del “no se puede” o “esto no tiene arreglo”.
El tema seguridad exige demandar a los de arriba (gobierno nacional, de la ciudad y provinciales); controlar y comprometer a nuestros costados (policías, justicia, autoridades de ejecución y legislación en distintas áreas); y ser muy estrictos e inflexibles hacia abajo (los que fomentan el crimen organizado, los que delinquen, los que lucran con la droga y otras patologías sociales, los que no cumplen con el deber y la autoridad que le corresponde, los cómplices, los beneficiarios de robos y muertes, por ejemplo desarmaderos clandestinos, negocios de la noche, etc.).
La experiencia que en estos días nos toca, genera múltiples compromisos. En mi caso redoblo la apuesta y me pongo al servicio de todos mis amigos, compañeros y vecinos para hacer del tema seguridad una bandera de la práctica militante, las 24 horas del día, todos los días, hasta que lo resolvamos.
Mi casa está abierta a cualquier iniciativa que signifique sumar voluntades para concretar los objetivos que deseamos. Mi despacho está abierto para que todos lo usemos en función de propuestas y soluciones colectivas.
Mi militancia y mis ganas están abiertas y solidarias para que entre todos luchemos por el barrio y la ciudad, que merecen mucho más en seguridad, en calidad de vida, en desarrollo, en igualdad y, por sobre todo, en justicia social y una democracia plena y participativa.
Juan Carlos Dante Gullo
Diputado Nacional
Domicilio: Cachimayo 1940, Ciudad de Buenos Aires.
Despacho: Riobamba 71, 4º piso, Ciudad de Buenos Aires.
Tel: 6310-8138/7897
Email: privada.jgullo@diputados.gov.ar
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